Gustavo Duch
¿Qué le dice una semilla de
soja a un grano de maíz?: antes comestibles que combustibles. ¿Qué le
dice la caña de azúcar a la palma africana?: antes comestibles que
combustibles. ¿Qué le dice un campesino ugandés, mexicano o de Indonesia
a un automovilista europeo?: antes comestibles que combustibles.
Esperemos, entre todos, hacer
de este acertado juego de palabras de mi amiga Irene Iborra, un nuevo
grito de rebelión, como los viejos gritos reivindicativos campesinos. En
1876 se fundó en San Petersburgo un movimiento popular que, con el lema
Zemlya i Volya (Tierra y Libertad), reclamaba derechos para los
campesinos desposeídos en el imperio ruso. A principios de 1900 el grito
a favor de la reforma agraria en México, diseminado por Emiliano Zapata
sobre su caballo alazán, fue “la tierra para quien la trabaja”, y unos
años más tarde, Luis Muñoz Marín en Puerto Rico, reclama también una
justa distribución de tierras bajo el lema de Pan, Tierra y Libertad.
Aún cuando la reforma agraria
sigue siendo una medida pendiente en muchos países del Planeta (y por
lo tanto se hace muy difícil la lucha contra la pobreza y la vida digna
en el medio rural), ahora, la promoción de los agrocombustibles está
generando sobre las tierras un nueva oleada de intereses económicos, que
de nuevo, privan, a los pequeños campesinos y campesinas de tierra, pan
y libertad.
La presión llega ya a los
países africanos, que (siguiendo con malabares de palabras) tras la
conquista multinacional que sufrieron de las diferentes potencias
europeas, se encuentran ahora asediados con una neocolonización de las
multinacionales. Con jugosas cantidades económicas en los bolsillos las
multinacionales están invirtiendo en tierras africanas para ponerlas a
producir azúcar, maíz o soja, que en plantas allí instaladas se
convertirán en bioetanol o biodiesel para la exportación. Si en algún
territorio es más claro por donde deben de conducirse las inversiones en
la agricultura es el continente africano. Tan afectado como está de
falta de tierra, pan y libertad, se debe promocionar una agricultura de
sustento, orientada al mercado local y que genere un tejido rural vivo.
Es decir, antes comestibles que combustibles.
Gustavo Duch Guillot
Director de Veterinarios Sin Fronteras
Cientificos avisan: Los biocombustibles serían peores que el carbón o el petróleo
El uso de biocombustibles provenientes del maíz, caña de azúcar y
soja podría tener un mayor impacto medioambiental que los combustibles
fósiles, según los expertos. Aunque los biocombustibles emitan pocos
gases de efecto invernadero, todos tienen un gran impacto en la pérdida
de biodiversidad y en la producción de alimentos.
La solución a todo esto:
La solución al cambio climático és utilizar coches de hidrógeno como este: world.honda.com/fcx/
con un potencia de 95 Kw i una autonomia de 570 Km , encima el
hidrogeno lo pueden generar las hidrogeneras con energia solar
fotovoltaica y con eolica con una contaminación cero. !!!!! donde está
la pega ? Pues que con este coche puedes volver a casa y enchufarlo a
la red domestica para generarte la electricidad para tu casa sin
necesitar ninguna compañia electrica. ( Y yo me se a quien no le haría
gracia perder clientes o consumo de clientes ). Leeros la "La economía
del hidrógeno." de "Jeremy Rifkin" www.mcu.es/cgi-brs/BasesHTML/isbn/BRSCGI?CMD=VERDOCT.»autor: VOLK
Esto es lo que nos vamos a tener que tragar y por culo nos darán
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