domingo, 21 de septiembre de 2014
Carta de mi amiga fashion.
La pura realidad...... las mujeres somos asi:
Las mujeres somos víctimas de un complot urdido por mentes perversas que
se reúnen en un lugar secreto y deciden lo que ellos llaman "tendencias
de moda". ¿Quiénes son? ¿Cómo lo hacen? Yo me imagino que llega Paco
Rabanne y dice:
- "Veo, veo que este año se va a llevar el azul petróleo".
Y saltan a dúoVictorio y Lucchino:
- "Eso, eso. Y los jerséis sin mangas, pero de cuello alto, ¡y que se
jodan!".
¡Y date por jodida! Porque la moda no es una industria.
¡Es una secta
dirigida por unos ricachones! Y de esos seres que nos odian ¿qué podemos
esperar?... Si nos hacen ir con estos pantalones que se abrochan en la
rabadilla y nos hacen creer que vamos bien (Creo que lo hacen para que
luzcamos esos ridículos tangas que tanto molestan). O con esos otros
pantalones de pata larga que van limpiando las aceras.
¿Ustedes saben lo que son las fashion victims? Son las mujeres que han
caído en sus redes y ya no pueden escapar. Esas que cuando se acercan a
un escaparate, oyen voces en su cabeza: "El poder de la moda te obliga",
"el poder de Dior te gobierna". Realmente, yo me dí cuenta del poder que
tiene esta secta cuando intenté comprarme un vestido rojo.
Parece fácil, ¿verdad? Un vestido rojo. Pues no.¡Porque las tiendas
están
en el ajo! Son las representantes de Dior en la tierra. Y , claro, llego
yo, y le digo a la dependienta:
-Buscaba un vestido rojo.
Y me suelta:- ¿Rojo? Este año no viene nada en rojo. Este año viene el
azul petróleo.
-¿Y eso rojo de ahí?
- Eso es la funda del extintor, pero si quieres te la saco.
¡Así es como empiezan las sectas: anulando tu voluntad! Porque, de
repente, me veo diciendo:
- Vale, sácame uno azul petróleo de la 38.
Y, en ese momento, la dependienta me mira como se mira un Fiat Panda
desde un todoterreno:
- ¿La 38? Tú estarás entre la 40 y la 42.
Claro, yo la miré a ella como diciendo: "Y tu estarás entre gilipollas y
tonta del culo"
Pero le dije:
- Perdona, yo soy una 38.
- No, si ya. Pero es que este año viene la 38 ceñida, ¿sabes? Y es que
ese es el segundo paso de la estrategia de la secta. Disminuir tu
autoestima para poder dominarte mejor. Ahí, yo dije:
- Con esto no me pillan. ¡Yo me pruebo la 38 aunque me la tenga que
meter a rosca!
Y, claro, te miras al espejo y ves lo que ves. Una morcilla. Una
morcilla azul petróleo.
Y digo yo: si en todo el mundo un metro es un metro y un kilo es un
kilo,
¿por que la talla 38 no es siempre la talla 38?
Tú vas al Carrefour y la talla 38 se la puede poner King África y, sin
embargo, te vas a Versace y la 38 no se la pone ni Melody.
Total, que hice lo que hacemos todas: llevármelo. Si, porque pensé lo
que pensamos todas: "Así me obligo a adelgazar". "Me obligo a adelgazar."
¿Seremos idiotas?
A las dos semanas te estás obligando a regalárselo a tu sobrina. ¡Es
como comprarte unos zapatos del 34 para obligarte a que te encoja el pie!
Pero es que ese es otro de los síntomas de que estás entrando en la
secta: someterte voluntariamente al sufrimiento físico. Aunque, a veces,
cuando todavía no estás abducida del todo, consigues tener un momento de
lucidez y decir: "No, no me lo llevo". Y, entonces, esa enviada del mal
que es la dependienta te dice la frase definitiva:
- Llévatelo, no seas boba, ¡que lo puedes devolver! ¡Y lo compramos!
Como lo puedes devolver...
Eso es como comerte un trozo de moqueta: ¡como lo puedes devolver! Así
que volví a casa con mi vestido azul petróleo de la 38. Me lo pongo y le
pregunto a mi marido:
- ¿Como me queda?
- Pequeño.
- ¿Si? ¿Me marca mucho?
- Te va a hacer llagas.
Ahí me dije: "Tere, modérate. Esta es otra prueba. La secta de la moda
quiere que rompas lazos con tu entorno". "¡No, no van a poder conmigo!".
Me lancé a la calle y no paré hasta que encontré el único vestido rojo
que quedaba en toda la ciudad. Cuando lo vi, dije: "¡Me lo compro! ¡Que le
den a Paco Rabanne. Y que Victorio le dé a Lucchino!"¡Ja! Y salí de la
tienda triunfante, con mi vestido rojo. Pero la alegría me duró dos
escaparates.
Es algo que nos pasa a todas las mujeres. De repente, se te viene el
mundo encima: "Coño, ¿y qué hago yo con un vestido rojo, si este año lo
que se lleva es el azul petróleo?" Oye, que no pude pegar ojo en toda la
noche.
Tuve unas pesadillas... Estaba yo en una misa negra, atada de pies y
manos, y los grandes gurús de la moda, rodeándome como en Poltergeist:
"Tereee. Veeen hacia el glamouuuuur." Total, que me desperté, empapada
en sudor y dije: "¡Vale, esta bien! ¡Me rindo!" Me unté entera con
vaselina para que me entrara el traje, y me presenté en la boda de mi
amiga Jessi, vestida de azul petróleo.
Cuando llegué a la iglesia me encontré con que íbamos todas
iguales...Allí había más azul petróleo que en una playa del golfo Pérsico. Ahí te das
cuenta de que te han captado, has entrado en la secta, y a partir de ese
momento honrarás a Victorio y a Lucchino, no nombrarás a Channel en vano
y amarás a Dior sobre todas las cosas.
PD.¿Alguién me puede explicar que coño es el color "azul petróleo"??
Tardé siglos en comprender que las cosas pueden ser de color buganvilla,
no me jodáis ahora con el petróleo, por favor!! El petróleo es negro
como los cojones de un grillo!! (y perdón por la expresión...)
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